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DE LA TIERRA DONDE PARIÓ LA MULA

 

El señor  Francisco Pacho Hernández , con sus gafas  tipo Rayban, las tradicionales en los choferes de buses de la línea Delicias Olaya, con su gorrita de lotero y las mangas de camisa  propaganda  del tabloide Q’hubo, se presentó ese miércoles, como siempre,  ofreciéndome su lotería, para hacerme millonario, cosa que no ha pasado en todos estos años, porque el señor es más salado que las salinas de Galarazamba. Ese día no pensaba comprarle y así se lo manifesté,  pero sin embargo, como buen vendedor  y mejor  observador que es,  notó que yo estaba silbando una canción de Ojito y a quemarropa  me preguntó: Oiga, ¿usted no es de Campo de la Cruz, la tierra  donde parió la mula?  y seguidamente  tomó la palabra para hablar maravillas  de  Julio Ojito, de  su música dedicada  a Polonuevo, un rinconcito especial del Atlántico, rematando  con algo que yo desconocía: que existía una canción dedicada  a este acontecimiento,  el feliz  parto a término de una mula. Ante  tamaña noticia, no solo le compré, sino que lo comisioné para que me buscara el acetato.

Mucha tinta se ha escrito para explicar la esterilidad  de las mulas, desde las científicas hasta las bíblicas y religiosas. Según los místicos y religiosos, la mula está maldita  por ser una bestia hibrida, pues el Señor había prohibido que se cruzaran  especies distintas: “Produzca la tierra  seres vivientes  según su género  y animales de la tierra según su especie” y  además, corre  la leyenda de que Dios castigó a la mula a cargar con su  esterilidad por no calentar  al niño Jesús en el establo de Belén .  Así mismo un refrán árabe dice: “Cuando la mula pare, el fin del mundo llega”. Con todas estas explicaciones esotéricas  me  adentré a la explicación biológica del origen de este noble animal, que ha llevado sobre sus lomos la civilización  a  gran parte del territorio nacional.

 

La mula es el híbrido resultado de un cruce entre un  padre, el burro (con 62 cromosomas) y una madre la yegua (con 64 cromosomas). Cuando el padre es el caballo y la madre es la burra se llama               burdegano. Son parecidos, mas no son iguales. Este híbrido queda con 63 cromosomas  en las células del organismo y los óvulos, generalmente no son fértiles, porque en el fenómeno de reducción de los cromosomas en la miosis para que el óvulo tenga la mitad de los  cromosomas, no dá el número adecuado. Solo cuando todo su  contenido de ADN es del padre o de la madre, no combinados , eventualidad muy rara y remota, es cuando se hace fértil, pero no  producirán mulo, será  caballo o burro acorde con la montura. Generalmente abortan  y la mayoría de sus crías son débiles. El mulo es estéril, por una alteración que tiene en la vesícula seminal, no existen hijos de mulo.

Es pues entonces la mula, un hibrido, por lo cual no tiene hijos. Que logra las mejores características de quienes lo engendran, son  más fuertes, resistentes  y comen menos que el caballo, siendo más  independientes que los burros, con un sentido especial para detectar  el peligro, por lo  que al hacerlo  es muy difícil que siga su camino, interpretándose esto como  testaruda o terca. Por su capacidad de carga  se hizo indispensable sirviendo en el transporte de carga y en el  de  correo  llevando  alimentos y esperanzas a los lugares  más apartados y de difícil acceso en todo el territorio nacional. Es un emblema en todo el  eje cafetero, donde todavía sigue prestando sus servicios, siendo aprovechada en el turismo, donde los viajeros trotamundos tratan de obtener un retrato al lado de este coloso de nuestro país.

 

Con el mejoramiento de las vías y con  un  mejor  parte automotor, la mula  ha sido reemplazada como principal medio de trasporte, pero sin embargo  persiste en la memoria de la gente, no la olvidan y en su honor a los  camiones grandes le  han  colgado el remoquete  de mulas, haciendo alusión  al animal noble y desconfiado que durante tantos años  satisfizo las necesidades de carga.  Así mismo otras virtudes de este animal han sido llevadas al lenguaje  refranero de este país del Sagrado Corazón, como  decir que un futbolista tipo Toño Rada tiene patada de mula, con lo cual nos  están destacando lo fuerte  que patea la número 5, o como se expresa  Cuco Sánchez en la ranchera no soy monedita de oro,  donde nos dice  “soy terco como una mula, a donde te irás que no te halle”, o como  Don Felicito en el héroe discreto  de Vargas Llosa, que dice  textualmente  que entercándose como una mula, se negaba a pagar un chantaje”. Así mismo se  les llama mula   a los pendejos  que se prestan para transportar droga al extranjero.

 

Pues bien, servido todo lo anterior me dediqué a tratar de rescatar este  gran acontecimiento, por lo cual conversé con El Tio Álvaro, con mi hermano Urba y por intermedio de Ángel Thomas  rescatamos  los recuerdos de Joaquincito Lafaurié: para el año de 1.962, por encargo de mi abuelo Hector Gómez Vizcaíno, mi tio Joaquin Gómez  Rago compró una mula  en Fundación (Magdalena), la cual después de una corta estancia en la finca de Salaminita  fue trasladada  a la Finca Pisabarro, propiedad de la familia y administrada por mi padre Lucho Gómez. La mula fue asignada para labores varias del campo, pero su  principal  servicio  era trasportar  la  carga de leche que se producía en la finca hasta la población  de Campo de la Cruz.  Desde un comienzo se notaba que la mula  estaba algo gordita y que tenía  la ubre  algo grandes, además,  recuerda  tio Alvaro  que se cansaba  fácil, nadie  a pesar de los signos que presentaba sospechó que estaba  preñada, “porque como las mulas  no paren“. Una mañana que la iban a coger  para  que cumpliera con sus labores diarias, se encontraron con la sorpresa de  que estaba  parida. Después de recuperarse de la impresión, José Sarabia, “ El Chinga”,  quien atendía la finca  vino a  avisar a la casa. El viejo  Lucho dispuso que  la mula y su  cría   se instalaran en  la caballeriza que estaba en el patio. La vieja Ena  le confeccionó  un lazo  con cintas azules, con el cual adornó al borriquito. Mientras tanto la gente se arremolinaba en todo el callejón, todos con la intención de ver  la criaturita rara que habría salido del vientre de la mula. La noticia se regó como pólvora, las rezanderas del pueblo salieron a realizar sus rosarios y hasta los aleluyas clamaban al cielo, porque en su corazón presentían  que se nos venía el apocalipsis con el fin del mundo, ya que estaba escrito en la Biblia que cosas peores que nunca se había visto estaban por llegar. Tampoco faltaron los tomasinos, incrédulos por naturaleza, que pregonaban que esto no podía ser cierto, se arremolinaron y formaron su cola  para constatar por sus propios ojos la  existencia del borriquito,  porque  su filosofía es ver para creer  y es que este es un fenómeno excepcional , un acontecimiento que   tiene una probabilidad de suceder  una en un millón, viniendo a  suceder, gracias a Dios,  en el área rural de Campo de la Cruz y para más seña en una finca de la familia.  Se convirtió el pueblo de Campo de la Cruz en un atractivo turístico y desde los pueblos circunvecinos  y desde muy lejos llegaron  los  turistas curiosos,  cuyo objetivo del viaje era ver a la mula más famosa del planeta,  que había tenido el don de tener un vientre fecundo y fértil, capaz de llegar  a término, un embarazo algo inconcebible  en esos días.

 

En los días posteriores, la mula fue noticia nacional e internacional,  para  esos días se realizaba  la feria de  Sabanalarga,  los organizadores de la feria llamaron para  que la mula fuera  presentada. Para tal fin Héctor Urbano, José Joaquín  y Laureano Gómez,   se trasladaron  a la feria. Se convirtió la mula en la atracción  por excelencia de la fiesta,  por encima de los ganados de raza y de los caballos árabes y españoles  que estaban en exhibición. El cabo César Peñaloza ofició como la persona que  paseó la mula por toda el área de  la feria.  Ante la sospecha de que todo podía ser un montaje, un grupo de veterinarios examinaron a la mula y al borrico, fue ordeñada la mula,  comprobándose su maternidad.  Los tíos  entusiasmados con la acogida de la mula  y con el calor de los tragos terminaron vendiendo la mula, unos hablan de $1.000 y otros de $ 3.000 oro de  la época. De allí fue trasladada a Cali y posteriormente a Francia, para ser estudiada, pues al parecer, allá se había presentado un caso  similar.

Al regreso, los alegres y etílicos vendedores, tuvieron que soportar el chaparrón  de reprimendas  de su padre porque no estaba en sus planes la venta de tan preciado animal.

 

Han pasado los años, pero en la memoria de  muchos pobladores del departamento del Atlántico  aún persiste el recuerdo y nos identifican: “De Campo de la Cruz, la tierra donde parió la mula”. A continuaciones apartes de la canción de Julio Ojito: La mula y el mulito

 

Dicen que se acabará el mundo/ Cuando las mulas den cría/Que se acabará  y es rotundo /Porque esto ocurrió de día /Sucedió en Campo de la Cruz /Este caso nunca visto/En público  en plena luz/La mula tuvo un mulito /Me voy pa la exposición /Con mi mulito Prodigio/Resultado de un amor/En campo de la Cruz nació.

 

 

HÉCTOR  GÓMEZ RODRÍGUEZ

Tabardillo54@gmail.com

 

 

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